
Pocas cosas resultarían tan estresantes para los sentidos como un paseo nocturno por Times Square.
Pocas cosas resultarían tan estresantes para los sentidos como un paseo nocturno por Times Square.
Según cuenta la leyenda, los colonos holandeses adquirieron la isla de Manhattan ofreciéndoles a los nativos objetos por valor de 24 dólares. Era el año 1626, y nadie sospechaba que ese lugar se convertiría, varios siglos después, en el corazón de una de las ciudades más importantes del mundo.