
¡Qué bien se siente uno ante la entrada al castillo de Bled! Especialmente si se ha llegado hasta allí, en pleno invierno, por el sendero que asciende el risco, a trechos embarrado y a trechos cubierto de nieve.
¡Qué bien se siente uno ante la entrada al castillo de Bled! Especialmente si se ha llegado hasta allí, en pleno invierno, por el sendero que asciende el risco, a trechos embarrado y a trechos cubierto de nieve.