
En el siglo III, los romanos construyeron un palacio en la zona más alta de la ciudad de Toledo (denominada Toletum en aquella época). Desde entonces, este palacio ha experimentado numerosas reconstrucciones y restauraciones (siglos XI, XIII, XVI y XX), conformando el actual alcázar de Toledo. Fue utilizado como residencia real en múltiples ocasiones a lo largo de la historia, albergando actualmente el Museo del Ejército y la Biblioteca de Castilla-La Mancha.